La reciente salida de Diego Martínez como director técnico de Boca tras la derrota 2-0 frente a Belgrano de Córdoba desató una serie de rumores y movimientos en el ámbito del fútbol argentino. La necesidad de encontrar un nuevo entrenador que tome las riendas del equipo puso en marcha al Consejo de Fútbol del club, y varios nombres comenzaron a circular rápidamente.
Entre ellos, uno resaltaba por sobre los demás: Fernando Gago, que tomó fuerza desde el primer momento y, para muchos medios partidarios del “Xeneize”, su llegada parecía un hecho.
Gago, ex jugador del club, siempre estuvo en el radar de Boca, y su perfil como joven entrenador, sumado a su pasado boquense, lo colocaba como el candidato natural para ocupar el cargo dejado por Martínez. Además, su cláusula de salida de 1.5 millones de dólares no parecía ser un obstáculo insalvable para una institución de la envergadura de Boca, aunque quedaba por resolverse si el club optaría por pagar esa suma o esperar hasta diciembre, cuando el contrato del entrenador venciera en México.
Las palabras de Gago dejaron un manto de incertidumbre en el mundo Boca, mientras que desde La Ribera se mantenían las expectativas de concretar su regreso, sus declaraciones sugieren que las negociaciones no están tan avanzadas como se había especulado. En este contexto, el Consejo de Fútbol de Boca sigue trabajando a contrarreloj para encontrar un nuevo entrenador que se haga cargo del equipo.
Aunque Gago sigue siendo una opción latente, el club no descarta otras alternativas, y las próximas horas serán cruciales para definir el futuro del banco “Xeneize”.
Por su parte, Gago tiene previsto brindar una conferencia de prensa posterior al clásico, donde se espera que aclare aún más su situación y responda a las especulaciones sobre su posible salida de Chivas. Mientras tanto en las últimas horas se mencionó a Gerardo Espinoza como el posible reemplazante de Gago en caso de que decida dar nuevamente el salto al fútbol argentino, pero esta vez en Boca.
Así, la situación sigue abierta y genera expectativas tanto en Guadalajara como en Buenos Aires. Para Boca, la llegada de un nuevo entrenador es una decisión que no puede demorarse mucho más, ya que el equipo necesita estabilizarse de cara a los desafíos que se avecinan en la recta final del campeonato y los cuartos de final de la Copa Argentina.