Este dato sería una señal positiva para el Gobierno, que ha enfrentado dificultades para contener la escalada de precios en un contexto delicado.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicará esta semana el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a septiembre, un dato muy esperado que podría marcar una desaceleración en la inflación, ubicándose por debajo del 4%.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a partir de estimaciones privadas, calcula que la inflación de septiembre se ubicaría en torno al 3,5%. Este dato sería una señal positiva para el Gobierno, que ha enfrentado dificultades para contener la escalada de precios en un contexto económico delicado.
LAS PROYECCIONES DE LAS CONSULTORAS: CUÁL SERÁ LA INFLACIÓN DE SEPTIEMBRE
Consultoras como Eco Go, Equilibra y Analytica también proyectaron un IPC cercano al 3,5%, destacando que después del resultado de agosto, la inflación volvió a mostrar una tendencia a la baja. Libertad y Progreso incluso anticipó una cifra más baja, del 3,2%, señalando que la desaceleración es consistente con el proceso que se ha venido dando desde mediados del año.
En términos interanuales, la inflación acumulada hasta septiembre alcanzaría el 208,3%, una cifra que, si bien sigue siendo alarmante, representa una mejora significativa respecto al pico del 289,4% interanual registrado en abril.
Este descenso ha sido impulsado por la política de superávit fiscal que ha permitido una reducción del ritmo de aumentos de precios y ha dado lugar a una recuperación parcial de los salarios en términos reales.
C&T Asesores Económicos destacó que el Gran Buenos Aires, una de las regiones más afectadas por la inflación, mostró una suba mensual del 3,5%, la menor desde noviembre de 2021. Este dato, sumado a la inflación núcleo del 3,8%, refuerza la idea de que el proceso de estabilización de precios está en marcha.
Este contexto, aunque positivo en comparación con meses anteriores, sigue siendo complejo y dependerá de la capacidad del Gobierno para mantener políticas fiscales y monetarias estrictas, con el objetivo de consolidar la baja en la inflación y aliviar la presión sobre los consumidores argentinos, que han soportado varios años de incrementos persistentes en los precios.